x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

lunes, noviembre 20, 2017

Inseguro

Yo fui tan tímido de joven que no me solidarizo con los que lo son.

No siempre, pero la timidez suele ir de la mano de la inseguridad, el no confiar en las propias capacidades, infravalorarse.

El paso del tiempo, sin embargo, suele ofrecerte las herramientas para ir descascarillando esa capa de cristal que falsamente nos protege, que nos obliga a caminar con miedo.

La inseguridad, a fin de cuentas, suele ser problema de gente egocéntrica. Lo digo porque lo fui. Esa supuesta debilidad viene dada por el hecho de creerse suficientemente importante como para pensar que el mundo está pendiente de ti.

El tímido, en el fondo, se ve empoderado de cierta relevancia personal. Pero el mundo no está pendiente de nosotros.

Recuerdo mi primer viaje a Manhattan, hace quince años. Mi amigo Kristian me pidió gritar a pleno pulmón en plena Quinta Avenida. Me reí. Insistió. Le dije que estaba loco. Se frenó y se cruzó de brazos.

-No me muevo hasta que grites.

Protesté como un niño chico, pero sabía que tenía razón.

Me tapé la cabeza, miré hacia todos lados de esa inmensa avenida. El gran Kristian me miraba desde su metro noventa, con los brazos cruzados.

Grité todo lo alto que supe.

¡¡¡Aaaaaaaahhhhhhh!!!

Apenas un hombre de rostro asiático se giró, del susto, por pura cercanía. El resto de la ciudad seguía rulando, con todos sus colores amarillos y sus trazos de cristal.

2 comentarios:

Ana dijo...

En este caso no estoy de acuerdo contigo. Es fácil generalizar según la propia experiencia, pero propias experiencias hay tantas...Quizás algunos tímidos no sean tan egocéntricos, quizás no piensen que son tan importantes, quizás incluso sean muchos, qizás tú formes parte de una minoría... quizás sea yo la que generalizo y sea la que forma parte de una minoría.

Salvador Navarro dijo...

Gracias, Ana, por tu comentario. No deja de ser la mía una reflexión más lanzada al aire, que tiene que ver con la visión que el tiempo me hace tener de las relaciones humanas y de lo importante que es, valga la redundancia, no darle tanta importancia a lo que los demás puedan pensar de ti.